sábado, 28 de febrero de 2009

ALAN MOORE CONTRA HOLLYWOOD

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Para aquellos para los que el cómic sea un género casi desconocido, comenzaré diciendo, a modo de introducción, que el británico Alan Moore es una de las mayores instituciones de este mundillo, como guionista (si bien empezó como dibujante) de obras como Desde el infierno, La liga de los hombres extraordinarios, V de Vendetta o Watchmen, trabajando para las prestigiosas editoriales Marvel y DC (con las que también tocó el comic de superhéroes en el excelente Batman: la broma asesina o creando la serie del Capitan Britania). Aunque, dada su mentalidad, le ha gustado refugiarse mas de una vez en pequeñas editoriales independientes (sin abandonar nunca del todo las obras mayoritarias), pese a anunciar en 2003, coincidiendo con su 50 cumpleaños, una retirada.
En líneas generales podemos decir que ha tratado de dotar de una mayor estructura literaria a un género del que se supone que carece.

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Moore es un personaje excéntrico, aficionado a la magia, a la buena literatura, de ideología anarquista (que se refleja en algunas sus obras) y mas bien antisocial. Pese a las ganancias obtenidas con sus publicaciones y con los derechos cinematográficos de las adaptaciones de sus obras, sigue habitando su vieja casa de su ciudad natal, Northampton, que pretende convertir en una especie de palacio bizantino, rehuyendo el contacto de la prensa o de sus seguidores.

Pero, si por algo se ha caracterizado Moore, es, precisamente por renegar de las adaptaciones al cine de sus cómics (habria que añadir a las antes mencionadas la de Constantine, film dirigido por Francis Lawrence en 2005 y protagonizado por Keanu Reeves, y que se basa en un personaje secundario de su serie La cosa del pantano), hasta el punto de renegar de ellas, pedir que se le desvincule del proyecto o calificarlas literalmente como porquería, como sucedió en el caso de V de Vendetta.

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Vamos a detenernos en las dos adaptaciones mas recientes (La liga de los hombres extraordinarios, aunque continúa con ella, no es su mejor creación y su adaptación cinematográfica resultó bastante olvidable, aunque si ha servido para que algunos tengan interés en leer los libros en que se basan los personajes que aparecen en ella, ya podemos darlo por bueno).

V de Vendetta, escrita por Moore con dibujos de David Lloyd en 1985, y llevada al cine por James McTeigue en 2005, resultó muy cambiada respecto de la novela grafica original (el guión correspondió a los hermanos Wachowski, responsables de la saga Matrix), ya que por encima de los habituales cambios de personajes o situaciones (suprimidas o añadidas) que suelen producirse en estos casos, el espíritu de la obra se cambió totalmente, otorgándole un aire romántico y algo edulcorado respecto a la idea de Moore, lo que despertó sus iras y decidió renegar de ella y de los derechos futuros que le pudiera generar.


Hay que decir que, tanto V... como Watchmen son obras de mediados de los 80 y consecuencias de una situación politica concreta, como era el ultra conservadurismo del gobierno de Margaret Thatcher en Reino Unido o el de Reagan en USA, o la Guerra Fría, planteando un inmediato futuro en el que se imponen regímenes totalitarios, amenazas bélicas o serios recortes de libertades, resultando desgraciadamente visionarios en cuanto a algunos temas.
Ambas novelas gráficas son bastante duras en sus planteamientos, probablemente Watchmen lo es aún mas, plena de momentos violentos y escenas difíciles de digerir aún para el lector mas avezado como quien escribe esto, mostrando en ambos casos lo peor de la condición humana.

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En el caso de la adaptación de Watchmen, tuvo una gestación complicada, ya que el proyecto inicial que contaba con el visto bueno de Moore, iba a ser llevado a cabo por el director inglés Paul Greengrass (Bloody Sunday, El mito de Bourne, United 93), aunque también sonó Terry Gilliam (ex componente de los Monty Python y director, aparte de alguna de las películas de este grupo, de 12 monos, Las aventuras del Baron Munchausen, el Rey Pescador, Los hermanos Grimm o Miedo y asco en Las Vegas).
Finalmente (desgraciadamente diría yo), tras varios dimes y diretes, la adaptación cayó en manos de Zack Snyder, que ya se había encargado de llevar a la pantalla otra novela gráfica, el 300 de Frank Miller, con discretos resultados, y lo que ha planteado es una versión que se centra (y multiplica) en los elementos mas efectistas de la novela gráfica, conformando un producto mas que discutible, aunque algo mejor que su anterior experiencia.

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Alan Moore, en los Simpson. Arriba, firmando un autógrafo a Bart. Abajo, Milhaus sostiene un ejemplar de los Watchmen en versión infantil en el imaginario cómic "V de Vacaciones"


De todas formas habría sido de agradecer que los distribuidores no presentaran Watchmen como una convencional película de superhéroes apta para todos los públicos, pues luego en las salas probablemente se encuentren con sorpresas desagradables (no es una película para niños aunque muchos acudan erróneamente a las salas con ellos, tal vez ni siquiera para adolescentes). Aunque temas en los que incide la novela gráfica, como la moral, el determinismo, la megalomanía... parecen aquí quedar en segundo plano en detrimento del impacto visual, y nuevamente, al igual que en V de Vendetta, tomándose libertades en cuanto al final.

Por no hablar de los errores de casting: si en V..., Natalie Portman no me parecía adecuada para el papel (de entrada el personaje de Evey en el cómic es una joven desvalida que recurre en última instancia a la prostitución, mientras que en el film es una profesional de la TV, lo que ya lastra el planteamiento inicial), en Watchmen tampoco ha habido mucha mas suerte. Malin Akerman es otra modelo-no actriz que no da el perfil de su personaje, e intérpretes como Billy Crudup o Jeffrey Dean Morgan están especialmente desafortunados, o bien el guión no le ha dado a sus papeles los matices que tenían en su versión dibujada.

Con este panorama, no me extraña el permanente enfado de Moore. En fin, siempre nos quedará leer los comics.

CINE FANTASTICO-TERRORIFICO Y MUSICAL ¿UN BINOMIO IMPOSIBLE?

La pregunta del título me la sugirieron como posible motivo para un artículo, y efectivamente, me resultó difícil hallar ejemplos que combinaran ambos géneros, aparte de algunos que ya conocía con anterioridad y me vinieron inmediatamente a la cabeza, y otros que estarían en la frontera de aparecer aquí o no (¿podría incluirse por ejemplo El mago de Oz, de V. Fleming, con Judy Garland, o alguna antigua película Disney como Fantasía?). Además, el reciente estreno de Repo! The genetic opera (de la que incluyo el cartel aquí abajo), un curioso experimento de Darren Lynn Bousman, director de la saga Saw, con la inclasificable presencia en el reparto, en un papel secundario, de Paris Hilton, puso el tema de relieve. Así que decidí hacer una relación, no exhaustiva (ya que seguro que con una investigación a fondo se podrían hallar más), de este tipo de películas.

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Aparte de las citadas entre paréntesis como posibilidades, la primera que se me ocurriría cronológicamente sería Los 5000 dedos del Dr. T (Roy Rowland, 1953).
Película de culto que recuerdo me angustiaba de pequeño, por su ambiente de pesadilla, aunque, vista de adulto, pueda resultar un tanto pueril con todos esos números musicales casi de opereta, pese a que sigue siendo un producto imaginativo: Un niño que da clases de piano con un tiránico profesor, se queda dormido y sueña (no recuerdo si esto se sabe desde el principio o lo que vemos se presenta como real) que este es una especie de dictador que ha secuestrado a 500 niños en un fantasioso castillo para dar un megaconcierto de piano.

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Otra curiosidad podría ser El extravagante Dr. Doolittle en su version original de 1967 (no el lamentable remake protagonizado por Eddie Murphy que poco tiene que ver), dirigida por Richard Fleischer (el gran director de muchos títulos inolvidables de nuestro género favorito: Viaje alucinante, Soylent Green, 20.000 leguas de viaje submarino, El estrangulador de Boston, El estrangulador de Rillington Place...) y reparto británico (Rex Harrison, Samantha Eggar...), con una ambientación de época y que llegó a ser nominada al Oscar. Sin embargo, hoy día resulta un film casi olvidado; no obstante, pienso que la podemos incluir por su argumento, si bien en este caso mas dirigido a un público familiar.

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Tras esto debería trasladarme a los años 70, donde, en plena fiebre del glam rock, nos encontramos dos títulos casi realizados al mismo tiempo, y que aúnan terror, comedia en mayor o menor medida, y música.

La primera de ellas es una de mis favoritas, El Fantasma del Paraíso (1974), de Brian de Palma, director por el que siento una especial predilección, al menos en esta primera época. Aunque merecería un artículo en exclusiva, básicamente Phantom of The Paradise mezcla elementos de Fausto, El Fantasma de la Opera, el musical glam, la comedia, y una velada crítica a los métodos de la gran industria musical. De hecho, no es difícil reconocer en el personaje de Swan, el malo, interpretado por el compositor y cantante Paul Williams (autor de las canciones del film y también de la premiada banda sonora de la mas reciente versión de Ha nacido una estrella, con Barbra Streisand y Kris Kristofferson, asi como de varios exitos para el duo de pop ligero The Carpenters) determinadas referencias al productor Phil Spector.

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Protagonizada por William Finley, un secundario habitual en las primera películas del director, y Jessica Harper, que aparecería posteriormente en otro curioso musical Pennies from Heaven (1981), con Steve Martin, al que luego mencionaremos. Sin olvidar la excelente labor de Gerrit Graham como estrella de rock con maquillaje e imaginería terrorífica, al estilo de unos Kiss o Alice Cooper.
De Palma realizó esta película entre dos grandes creaciones de temática y estética hitchcockiana, algo habitual en su filmografía inicial, como fueron Hermanas (Sisters, 1972) y Fascinación (Obsession, 1976).

Y el otro ejemplo sería The Rocky Horror picture show (1975), película de culto en los U.S.A. y un poco menos conocida fuera de este país, excepto entre el público especializado, y, al igual que en El Fantasma... con una excelente colección de canciones como banda sonora. Las representaciones de esta película se convirtieron en un acontecimiento en su país, en las cuales el público acudía disfrazado y con difentes objetos de los que hacían uso en momentos señalados de la proyección.
El argumento es la llegada de un joven e ingenuo matrimonio a la llegada del castillo del profesor Frank´n’further (en la que fue probablemente la mejor creación del actor Tim Curry, una especie de Frankenstein travestido (era plena época glam, como antes decía) y contando además con una joven Susan Sarandon.

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Después de esto revisamos los 80, donde nos encontramos con la no muy afortunada La Pequeña Tienda de los Horrores (1986), revisión de una película de Roger Corman de 1960, que en su momento protagonizó un joven Jack Nicholson, y que después fue convertida en musical en Broadway, que es lo que dio pie a este film.
El director es Frank Oz, algo lógico si tenemos en cuenta que Oz fue un estrecho colaborador de Jim Henson, el creador de los Teleñecos (The Muppet Show) y varias películas de muñecos con mayor o menor fortuna (Cristal Oscuro, Dentro del Laberinto), donde tuvo mucho que ver. Además hizo pequeños papeles en muchas comedias de los primeros 80.
Es lógico que Oz se hiciera cargo de este film si tenemos en cuenta que está protagonizado por una grande y parlante planta carnívora animada. Por lo demás, destacar la aparición de Steve Martin que ya lo había hecho en el antes mencionado musical Pennies from Heaven y Rick Moranis, un habitual en el cine comercial de los primeros 80 (fundamentalmente en papeles cómicos: Cazafantasmas, Cariño he encogido a los niños o Calles de Fuego) y completamente olvidado hoy día.

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Después, la llegada de Tim Burton supuso cierta revitalización del género, probablemente por ser un conocedor de géneros dispares como el cine de Serie B de los 50 y primeros 60 o del cómic, y lo que hizo fue introducir en el fantástico elementos de comedia y de los musicales.
Burton es el creador de la Pesadilla antes de Navidad (que ya mencioné levemente en su momento), un film animado en el que trabajaba desde los 80 y que finalmente fue llevado a la pantalla por el director Henry Selick, también responsable de la menos afortunada James y el melocotón gigante (1996), con producción de Burton, y que tambien contenía alguna canción.

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Y por otro lado tenemos la mas reciente y no muy acertada a mi juicio, Sweeney Todd, en la línea habitual del último Burton, aunque los números musicales han sido habituales en todo su cine.

He tenido dudas de incluir dentro de esta lista una película como Sueños eléctricos (1984), un producto que se anticipó en algo a las comedias juveniles de corte fantástico-cibernético en la que aparecía una jovencisima, dulce y rubia Virginia Madsen (que algún tiempo después protagonizaría un pequeño clásico del genero, revalorizado con el tiempo, como es Candyman, dirigida por Bernard Rose en 1992), años antes de entrar en un olvido del que parece que ha salido en los últimos años, y por la puerta grande, trabajando con gente como el fallecido Robert Altman, en El nº 3 de J. Schumacher o incluso nominada al Oscar por Entre copas.

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Esta es una peli que no es nada del otro mundo, excepto por su condición de pionera de otros títulos similares, y por contener mas canciones de lo habitual, eso si, integradas en la trama, y que recogen nombres que van desde el productor y compositor italiano Giorgio Moroder, habitual en muchas bandas sonoras de corte pseudo-electrónico, como la plana mayor (no siempre la mejor) de del entonces en apogeo estilo new romantic, con gente como Culture Club o Phil Oakey, de The Human League.

Y esto nos llevaría al principio, con Repo, la pelicula con la que comenzamos como ejemplo de una mezcla de géneros que no ha sido demasiado habitual y que sugerimos como posible idea original para proximas producciones.