domingo, 20 de diciembre de 2009
ADIOS A JACINTO MOLINA Y DAN O'BANNON
En el breve espacio transcurrido entre finales de noviembre y principios de diciembre hemos recibido dos tristes noticias para el cine fantástico y de terror, los fallecimientos de Jacinto Molina y Dan O’Bannon.
De Jacinto Molina, mas conocido como Paul Naschy (curiosamente los propios medios españoles apenas han mencionado que en su faceta de director siempre utilizaba su nombre real) poco puedo decir que no se hayan encargado ya de comentar la mayoría de medios de comunicación en los días precedentes, tampoco podría hacer una revisión completa de su filmografía por su extensión (los que tengáis mayor interés podéis enlazar con ella aquí y además posee una completa web en inglés realizada por sus seguidores).
Su desaparición ha coincidido con el estreno de una de sus últimas intervenciones cinematográficas (La Herencia Valdemar).
Destacar en todo caso su afición a la literatura de terror (escribió el guión de muchas de sus cintas) y al cine de corte clásico (sus films son un pastiche de las viejas películas de la Universal y el terror británico de la productora Hammer que era lo que triunfaba en aquel momento, y que a su vez en gran parte se basaba en aquellos filmes).
Se le reconoció sobre todo por crear el personaje de Waldemar Daninsky, hombre lobo muy a su pesar y que fue su personaje mas interpretado (tuvo su mayor éxito en 1971 con la coproducción La noche de Walpurgis, dirigida por el argentino León Klimowsky, habitual en este tipo de cine, y cuyo cartel de la versión en inglés ilustra este texto), aunque dio vida a todo tipo de personajes, sin descuidar la explotation habitual en aquellos años (sobre todo en países como España o Italia) que implicaba hacer películas basadas en productos de éxito anglosajones del momento con mayor o (normalmente) menor fortuna.
Aunque creo que las películas de Naschy están a años luz de sus modelos a imitar y deben ser vistas mas como algo curioso, quizá tampoco es justo el olvido que ha tenido en su propio país durante muchos años que no compensará esta ahora desmesurada atención fuera de lugar. Algo que no sorprende en un país en que el género fantástico y de terror (ya sea en cine, literatura, comics) sigue estando poco menos que proscrito y mal visto por la cultura salvo que genere mucho dinero.
El escritor, guionista y director Dan O'Bannon, a principios de los 80
Mucha menos resonancia, por desgracia, ha tenido el fallecimiento de Dan O’Bannon, director, escritor y guionista norteamericano muy vinculado a este universo. Es curioso porque no hace mucho lo mencioné al hablar del film de animación Heavy Metal, una de sus colaboraciones destacadas, y pienso que por su intervención en determinadas películas no merecía este olvido.
O’Bannon comenzó trabajando en aspectos técnicos, de hecho fue uno de los encargados de las animaciones de La Guerra de las Galaxias, e iba a hacer lo propio en la adaptación de Dune por parte de Alejandro Jodorowsky, la cual nunca se llevó a cabo (recordemos que años después David Lynch retomó el proyecto y fue el encargado de dirigir la versión cinematográfica de la novela de Frank Herbert).
Tras este traspiés, abandonó finalmente los efectos visuales y fue uno de los creadores (ya como escritor) de Alien (Ridley Scott, 1979), en estrecha colaboración con el artista suizo H.R. Giger, encargado del aspecto visual (trabajo que continuó Stan Winston a partir de la 2ª parte dirigida por James Cameron).
Ya en los 80, aparte de la mencionada Heavy Metal, destacar su intervención el guión de Lifeforce, fuerza vital (Tobe Hooper, 1985) una película menor del director de Poltergeist y La matanza de Texas, que mezcla elementos del vampirismo y la ciencia ficción; y sobre todo dirigió El regreso de los muertos vivientes, resurrección (perdón por el juego de palabras) de este tipo de películas y seguramente la primera en que de forma explícita se mezcla terror y comedia, la cual conoció varias secuelas (aunque los títulos en España inducen a la confusión), pero ya al margen de O’Bannon. Fuera del género, aunque con algún elemento futurista, se encargó del guión de la convencional El trueno azul (John Badham, 1984), producto de acción que disfrutó de cierto éxito en su momento (inclusó generó una serie de TV posterior).
Lo mas destacado que hizo después fue su guión, adaptando un original de Philip K. Dick, de Desafío Total (Paul Verhoeven, 1990). Después se embarcó en una serie de proyectos menores. Quedé aquí este modesto recuerdo para ambos.
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1 comentario:
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