sábado, 18 de julio de 2009

HEAVY METAL (1981)

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Resulta reconfortante recuperar de vez en cuando un titulo del cine fantástico de animación, como sucedió en su momento con el artículo que dediqué a Ralph Bakshi, sobre todo porque es difícil hallar ejemplos que combinen el cine fantástico y los dibujos animados, y mas si son dirigidos a un público adulto, excepción hecha de un maestro como Miyazaki, que además, llega a todo tipo de espectadores.

Sobre todo, cuando en el caso de un film como este, probablemente sufre un olvido mayor incluso que los ejemplos que cité con anterioridad u otros contemporáneos como Cristal Oscuro (a la que dedicaré un espacio en su momento, si bien en este film de Jim Henson se utilizaban marionetas).

En primer lugar sería conveniente mencionar cual fue la semilla de Heavy Metal, y esta fue la fundacion de Metal Hurlant en 1974, cómic francés de ciencia ficción y terror, un género que se haría muy popular en esa década y la siguiente, auténtica edad de oro de los tebeos fantásticos para adultos, y que alcanzó, aparte de países como el galo con gran tradición al respecto, a otros como España, algo que desgraciadamente, en el panorama actual, forma parte del pasado.

Bien, los fundadores de Metal Hurlant fueron los populares dibujantes Jean Giraud (mas conocido como Moebius), Jean Pierre Dionney y Philippe Druillet, los cuales habían constituido poco antes un grupo creativo llamado Humanoides Asociados. La revista era una miscelánea de diferentes historias de corte fantástico obra de diversos autores, entre los cuales se hallaban lógicamente los propios fundadores, pero también otros como Alejandro Jodorowsky, Milo Manara o Serge Clerc, y que resultaban independientes, combinando el color y el blanco y negro (era mas abundante este ultimo).
La publicación tuvo gran éxito y llegó a paises como Estados Unidos (como dije, también a España); allí fue renombrada como Heavy Metal, y se traducían las historias originales, añadiéndose otras de autores americanos, siendo coordinada esta versión americana por Fabrice Giger.

A raíz de esto y de la abundancia de títulos fantásticos y de animación, desde la parte americana se animan a crear una versión para el cine con capital estadounidense y canadiense (entre los productores estuvo Ivan Reitman, director de algunos titulos comerciales de los 80 como Cazafantasmas) y bastantes medios materiales, quedando en manos del director Gerald Potterton la realización (si bien en algunas fichas se acreditan varios directores) y en las de Dan Goldberg y L. Blum, el guión, dejando claro que se basan en algunas de las historias publicadas por alguno de los autores citados anteriormente, y otros habituales de la publicación, como Richard Corben o el argentino Juan Gimenez, con una estructura similar a la revista.



Con respecto al argumento, como en toda película de episodios, partimos de un nexo común a través del cual se desarrollan las diferentes historias. En este caso la trama se inicia con un relato del guionista y director Dan O'Bannon que terminaba con el aterrizaje de un coche, en el que viaja un astronauta que entrega a su hija una especie de esfera de poder, que narrará a la niña cinco historias.
La primera de ellas, responsabilidad precisamente de Juan Gimenez, narra una especie de trama detectivesca protagonizada por un taxista del futuro, y que posteriormente inspiraría la flojísima El Quinto Elemento, que contó por cierto con el propio Giraud-Moebius como diseñador.

El propio O'Bannon se encargó de la segunda historia, quizá la mejor, que aúna un avión accidentado en la 2ª Guerra Mundial con el cine de zombies, en la que los dos pilotos supervivientes de un choque se enfrentan a sus compañeros, convertidos en muertos vivientes.
Richard Corben, autor bastante mitificado (sobre todo en los 70 y 80) dentro del género fantástico y que firmó algunas portadas de discos, es el responsable de la siguiente historia protagonizada por una de sus creaciones mas celebres, Den, una especie de Conan que a mi juicio resulta anodino, ya que no comparto demasiado el entusiasmo por este autor.

Las dos siguientes historias tienen algo en común, y es que se sitúan en el espacio, en el primer caso, mas humorístico, se nos narra un viaje de dos extraterrestres algo pasados y la segunda, pese a estar detrás de ella un buen autor como Bernie Wrightson, que introduce a su personaje del capitan Stern, tampoco está muy lograda.

Finalmente, quizá la historia mas celebrada (al menos la mas conocida) es en la que protagoniza la heroína Taarna, que es la que aparece en el cartel de la película, luchando por liberar al pueblo de los Tarak de un peligroso invasor. Aunque los resultados no cumplen las expectativas, aquí el trabajo de animación, con la utilización de técnicas similares al rotoscopio, es interesante.

La parte musical es bastante notable, aunque no necesariamente hace honor al título, pese a que si están presentes en ella grupos de sonido mas duro, como Black Sabbath, Blue Oyster Cult o Cheap Trick; pero también se incluyen bandas que nada tienen que ver con el rock como Devo. No obstante, el film cuenta con un notable score propio a cargo del prolifico Elmer Bernstein.

El éxito del film fue relativo y tuvo una secuela, muy tardía, inferior, sin relación prácticamente con el film original, la cual fue rápidamente olvidada.