jueves, 23 de diciembre de 2010

LO PEOR DEL 2010

Llegadas estas fechas, se tiende a hacer balance de lo mejor y lo peor del año, y en este caso, en el ámbito que aquí nos ocupa.

Pero la verdad es que, tal vez, por mi carácter negativista, me resulta mas fácil hacer un análisis de lo peor que de lo mejor: aunque es cierto que no he encontrado demasiadas cosas especialmente buenas que comentar del 2010 a estos niveles, tal vez la implantación general de la TDT que, dentro de lo malo y de su programación de relleno, teletiendas y mas de lo mismo, permite encontrar, con mucho zapping, emisiones de películas de todo tipo que ya resulta mue improbable que fueran emitidas por TV, al menos en su formato tradicional (no canales temáticos). Películas que van de Performance a Emmanuelle, pasando por Jóvenes ocultos, Heavy Metal y muchos ejemplos mas.

LO PEOR

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Dos claros ejemplos de los tan flojos como innecesarios "remakes" que invaden nuestras pantallas desde hace tiempo

Esto no es una valoración rigurosa ni objetiva. Simplemente comento lo que me ha venido a la cabeza ahora mismo:

- El abuso de remakes: Infinidad de nuevas versiones de películas ya realizadas, y bastante mejor, por cierto, y no hace tanto tiempo, en algunos casos no mas de 20-30 años. Aunque esto no es exclusivo de este año (ya se lleva haciendo bastante tiempo, y con pobres resultados: Las colinas tienen ojos, La profecía, Soy Leyenda, La última casa a la izquierda...) este año me han llamado la atención negativamente ejemplos como Pesadilla en Elm Street: el origen (coletilla absurda que se pone en muchas películas de este tipo para esconder que es mas de lo mismo) o Furia de Titanes.
Vale que los efectos especiales artesanales de Ray Harryhausen en 1981 hoy resultan ingenuos, pero por lo menos en aquella se contaba una historia bien definida y los personajes transmitían algo, no consistía simplemente una serie de aburridas escenas de acción concatenadas y un cúmulo de rellenos que ni aportan nada ni resultan congruentes (por cierto, podían haber caracterizado un poco a Sam Worthington para que no pareciera mas un marine en la guerra de Irak que un griego clásico).

Pero ha habido mas, como San Valentín Sangriento o El Padrastro, y lo peor es que se amenaza con hacer lo propio con filmes como Noche de Miedo, Hellraiser, Alice Sweet Alice o Conan. Claro que podría ser aún peor. Ejemplo: Piraña 3D.

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Cartel de la versión americana de "Déjame entrar", claro ejemplo de trivialización de un original europeo hecha con fines exclusivamente comerciales

- En la misma línea de lo anterior, incluiría las versiones americanas de éxitos foráneos. Un ejemplo serían las versiones estadounidenses del cine de terror oriental que este año han escaseado, y que, pese a contar con algunos ejemplos dignos, como The ring (1ª parte), Dark Water o Pulse, y contar a veces con los autores originales han sido generalmente para olvidar. Pero también del cine europeo: un ejemplo negativo sería la recientísima versión americana de Déjame entrar, mera explotación de un título reciente que palidece ante el original.

- Los finales de algunas series de TV: ante la cada vez menos prometedora oferta en cine, hoy en día resulta cada vez mas conveniente refugiarse en las series de notable calidad, que no con frecuencia (ni en abierto, a veces) se pueden ver en la pequeña pantalla. Este año una de las noticias fue el final de la serie Lost (Perdidos), de la que yo no era incondicional, si seguidor discontinuo de algunas temporadas, y el de Flash Forward, la serie que supuestamente estaba llamada a ser su sucesora y que se quedó en fiasco (de todas formas se veía venir desde el principio que no iba a dar para mucho). Por comenzar por esta última, debo ser de los pocos que pensaban que mereció mejor suerte. Su mejora en su reanudación tras el parón por sus malos resultados no fue suficiente, de todas formas, no ayudó el tener que acelerar toda la resolución ni la precipitada conclusión a medio camino entre final de temporada y definitivo (absurdo si se sabía que no iba a seguir).

Sobre Lost, he de decir que en mi opinión las dos últimas temporadas (y hasta la 4ª, si me apuras) dejaron mucho que desear y que el final fue acorde a la decadencia de la serie, que solo los exacerbados incondicionales pueden obviar.

Lo mejor que vi al respecto fue este video de los amigos de El Jueves TV que parodió con acierto este tipo de finales y sus tópicos.



- Las películas de Pixar y las de animación por ordenador en general, que cada vez son peores.

Tal vez vuelva en 2011, aunque sea para decir lo que me ha parecido peor...

martes, 1 de junio de 2010

ULTIMO ADIOS A DENNIS HOPPER

1936-2010

En fin, sus datos biográficos y filmografía (como actor, director, productor...) ya los habréis podido leer en muchos sitios durante estos días. Y los buenos aficionados no necesitaréis que os hable de Easy Rider, Blue velvet o Apocalypse Now (entre muchas otras, claro), o de la extensa carrera de Dennis Hopper (vinculada en muchos casos al cine de género), tan irregular como su propia vida. Así que lo mejor es que hablen las imágenes.



domingo, 20 de diciembre de 2009

ADIOS A JACINTO MOLINA Y DAN O'BANNON

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En el breve espacio transcurrido entre finales de noviembre y principios de diciembre hemos recibido dos tristes noticias para el cine fantástico y de terror, los fallecimientos de Jacinto Molina y Dan O’Bannon.

De Jacinto Molina, mas conocido como Paul Naschy (curiosamente los propios medios españoles apenas han mencionado que en su faceta de director siempre utilizaba su nombre real) poco puedo decir que no se hayan encargado ya de comentar la mayoría de medios de comunicación en los días precedentes, tampoco podría hacer una revisión completa de su filmografía por su extensión (los que tengáis mayor interés podéis enlazar con ella aquí y además posee una completa web en inglés realizada por sus seguidores).
Su desaparición ha coincidido con el estreno de una de sus últimas intervenciones cinematográficas (La Herencia Valdemar).

Destacar en todo caso su afición a la literatura de terror (escribió el guión de muchas de sus cintas) y al cine de corte clásico (sus films son un pastiche de las viejas películas de la Universal y el terror británico de la productora Hammer que era lo que triunfaba en aquel momento, y que a su vez en gran parte se basaba en aquellos filmes).

Se le reconoció sobre todo por crear el personaje de Waldemar Daninsky, hombre lobo muy a su pesar y que fue su personaje mas interpretado (tuvo su mayor éxito en 1971 con la coproducción La noche de Walpurgis, dirigida por el argentino León Klimowsky, habitual en este tipo de cine, y cuyo cartel de la versión en inglés ilustra este texto), aunque dio vida a todo tipo de personajes, sin descuidar la explotation habitual en aquellos años (sobre todo en países como España o Italia) que implicaba hacer películas basadas en productos de éxito anglosajones del momento con mayor o (normalmente) menor fortuna.

Aunque creo que las películas de Naschy están a años luz de sus modelos a imitar y deben ser vistas mas como algo curioso, quizá tampoco es justo el olvido que ha tenido en su propio país durante muchos años que no compensará esta ahora desmesurada atención fuera de lugar. Algo que no sorprende en un país en que el género fantástico y de terror (ya sea en cine, literatura, comics) sigue estando poco menos que proscrito y mal visto por la cultura salvo que genere mucho dinero.


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El escritor, guionista y director Dan O'Bannon, a principios de los 80


Mucha menos resonancia, por desgracia, ha tenido el fallecimiento de Dan O’Bannon, director, escritor y guionista norteamericano muy vinculado a este universo. Es curioso porque no hace mucho lo mencioné al hablar del film de animación Heavy Metal, una de sus colaboraciones destacadas, y pienso que por su intervención en determinadas películas no merecía este olvido.

O’Bannon comenzó trabajando en aspectos técnicos, de hecho fue uno de los encargados de las animaciones de La Guerra de las Galaxias, e iba a hacer lo propio en la adaptación de Dune por parte de Alejandro Jodorowsky, la cual nunca se llevó a cabo (recordemos que años después David Lynch retomó el proyecto y fue el encargado de dirigir la versión cinematográfica de la novela de Frank Herbert).

Tras este traspiés, abandonó finalmente los efectos visuales y fue uno de los creadores (ya como escritor) de Alien (Ridley Scott, 1979), en estrecha colaboración con el artista suizo H.R. Giger, encargado del aspecto visual (trabajo que continuó Stan Winston a partir de la 2ª parte dirigida por James Cameron).

Ya en los 80, aparte de la mencionada Heavy Metal, destacar su intervención el guión de Lifeforce, fuerza vital (Tobe Hooper, 1985) una película menor del director de Poltergeist y La matanza de Texas, que mezcla elementos del vampirismo y la ciencia ficción; y sobre todo dirigió El regreso de los muertos vivientes, resurrección (perdón por el juego de palabras) de este tipo de películas y seguramente la primera en que de forma explícita se mezcla terror y comedia, la cual conoció varias secuelas (aunque los títulos en España inducen a la confusión), pero ya al margen de O’Bannon. Fuera del género, aunque con algún elemento futurista, se encargó del guión de la convencional El trueno azul (John Badham, 1984), producto de acción que disfrutó de cierto éxito en su momento (inclusó generó una serie de TV posterior).

Lo mas destacado que hizo después fue su guión, adaptando un original de Philip K. Dick, de Desafío Total (Paul Verhoeven, 1990). Después se embarcó en una serie de proyectos menores. Quedé aquí este modesto recuerdo para ambos.

sábado, 18 de julio de 2009

HEAVY METAL (1981)

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Resulta reconfortante recuperar de vez en cuando un titulo del cine fantástico de animación, como sucedió en su momento con el artículo que dediqué a Ralph Bakshi, sobre todo porque es difícil hallar ejemplos que combinen el cine fantástico y los dibujos animados, y mas si son dirigidos a un público adulto, excepción hecha de un maestro como Miyazaki, que además, llega a todo tipo de espectadores.

Sobre todo, cuando en el caso de un film como este, probablemente sufre un olvido mayor incluso que los ejemplos que cité con anterioridad u otros contemporáneos como Cristal Oscuro (a la que dedicaré un espacio en su momento, si bien en este film de Jim Henson se utilizaban marionetas).

En primer lugar sería conveniente mencionar cual fue la semilla de Heavy Metal, y esta fue la fundacion de Metal Hurlant en 1974, cómic francés de ciencia ficción y terror, un género que se haría muy popular en esa década y la siguiente, auténtica edad de oro de los tebeos fantásticos para adultos, y que alcanzó, aparte de países como el galo con gran tradición al respecto, a otros como España, algo que desgraciadamente, en el panorama actual, forma parte del pasado.

Bien, los fundadores de Metal Hurlant fueron los populares dibujantes Jean Giraud (mas conocido como Moebius), Jean Pierre Dionney y Philippe Druillet, los cuales habían constituido poco antes un grupo creativo llamado Humanoides Asociados. La revista era una miscelánea de diferentes historias de corte fantástico obra de diversos autores, entre los cuales se hallaban lógicamente los propios fundadores, pero también otros como Alejandro Jodorowsky, Milo Manara o Serge Clerc, y que resultaban independientes, combinando el color y el blanco y negro (era mas abundante este ultimo).
La publicación tuvo gran éxito y llegó a paises como Estados Unidos (como dije, también a España); allí fue renombrada como Heavy Metal, y se traducían las historias originales, añadiéndose otras de autores americanos, siendo coordinada esta versión americana por Fabrice Giger.

A raíz de esto y de la abundancia de títulos fantásticos y de animación, desde la parte americana se animan a crear una versión para el cine con capital estadounidense y canadiense (entre los productores estuvo Ivan Reitman, director de algunos titulos comerciales de los 80 como Cazafantasmas) y bastantes medios materiales, quedando en manos del director Gerald Potterton la realización (si bien en algunas fichas se acreditan varios directores) y en las de Dan Goldberg y L. Blum, el guión, dejando claro que se basan en algunas de las historias publicadas por alguno de los autores citados anteriormente, y otros habituales de la publicación, como Richard Corben o el argentino Juan Gimenez, con una estructura similar a la revista.



Con respecto al argumento, como en toda película de episodios, partimos de un nexo común a través del cual se desarrollan las diferentes historias. En este caso la trama se inicia con un relato del guionista y director Dan O'Bannon que terminaba con el aterrizaje de un coche, en el que viaja un astronauta que entrega a su hija una especie de esfera de poder, que narrará a la niña cinco historias.
La primera de ellas, responsabilidad precisamente de Juan Gimenez, narra una especie de trama detectivesca protagonizada por un taxista del futuro, y que posteriormente inspiraría la flojísima El Quinto Elemento, que contó por cierto con el propio Giraud-Moebius como diseñador.

El propio O'Bannon se encargó de la segunda historia, quizá la mejor, que aúna un avión accidentado en la 2ª Guerra Mundial con el cine de zombies, en la que los dos pilotos supervivientes de un choque se enfrentan a sus compañeros, convertidos en muertos vivientes.
Richard Corben, autor bastante mitificado (sobre todo en los 70 y 80) dentro del género fantástico y que firmó algunas portadas de discos, es el responsable de la siguiente historia protagonizada por una de sus creaciones mas celebres, Den, una especie de Conan que a mi juicio resulta anodino, ya que no comparto demasiado el entusiasmo por este autor.

Las dos siguientes historias tienen algo en común, y es que se sitúan en el espacio, en el primer caso, mas humorístico, se nos narra un viaje de dos extraterrestres algo pasados y la segunda, pese a estar detrás de ella un buen autor como Bernie Wrightson, que introduce a su personaje del capitan Stern, tampoco está muy lograda.

Finalmente, quizá la historia mas celebrada (al menos la mas conocida) es en la que protagoniza la heroína Taarna, que es la que aparece en el cartel de la película, luchando por liberar al pueblo de los Tarak de un peligroso invasor. Aunque los resultados no cumplen las expectativas, aquí el trabajo de animación, con la utilización de técnicas similares al rotoscopio, es interesante.

La parte musical es bastante notable, aunque no necesariamente hace honor al título, pese a que si están presentes en ella grupos de sonido mas duro, como Black Sabbath, Blue Oyster Cult o Cheap Trick; pero también se incluyen bandas que nada tienen que ver con el rock como Devo. No obstante, el film cuenta con un notable score propio a cargo del prolifico Elmer Bernstein.

El éxito del film fue relativo y tuvo una secuela, muy tardía, inferior, sin relación prácticamente con el film original, la cual fue rápidamente olvidada.

lunes, 22 de junio de 2009

EL OTRO (1972)

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Durante la edición de 2008 del festival Cinema Jove, celebrado en Valencia, se incluyó una sección llamada Cuadernos de rodaje, en la que se proyectaron una serie de películas al aire libre que habían sido seleccionadas como favoritas suyas por dos directores, Jaume Balagueró y el valenciano Paco Plaza, que son de los mejores cultivadores que hay actualmente en España dentro del género que nos ocupa.

Pues bien, una de esas películas era El otro.

Este hecho devolvió este film a mi memoria y me hizo recordar que, si hay una serie de títulos de los que debería hablar aquí, The other es, indudablemente, uno de ellos. Tanto por su consideración de película de culto como por haber sido vista por mi en una edad en la que te causa una impresión que no puedes olvidar.

Después de entonces, pocas veces ha sido emitida por ningún canal de televisión, la última reposición fue hace ya bastante tiempo y descubrí que muchas escenas seguían conservando intactas su capacidad de impacto, pese a no ser un producto de terror al uso. Curiosamente, hoy en dia es una pelicula un tanto olvidada y considero que infravalorada.

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Detrás de este film se encuentra el gran director Robert Mulligan, autor de otras obras maestras como Matar un ruiseñor (1962) o Verano del 42 (1971), curiosamente, tambien vinculadas como El otro al universo infantil o adolescente. Sin embargo, se trata de un realizador que no tiene el reconocimiento que merece, probablemente por situarse en un momento de transición o cambio estilístico del cine, quedando su narrativa a medio camino entre el clasicismo y los cambios estéticos o de producción que se estaban sucediendo (de hecho, Mulligan fue premiado en el Festival de Sitges con la Medalla de Oro como mejor realizador por este film, y el crítico italiano Carlo Frabeti mostró su desacuerdo por no considerarlo "politicamente comprometido").

Basada en una novela de éxito del actor reconvertido a escritor Tom Tryon, la película se situa en los años 30 del siglo pasado en una zona rural de Connecticut (creo que los personajes son de origen europeo; eslavo o nórdico), en un paisaje aparentemente idílico, entre enormes cosechas y un ambiente soleado, que, sin embargo, a pesar de parecer excesivamente colorista para la situación narrada, sirve para potenciar el aspecto onírico y de pesadilla en el que nos vamos sumergiendo con una lenta placidez, lo que hará que la contundencia de las situaciones e imágenes que poco a poco se nos van a mostrar nos golpeen con mayor fuerza. A ello contribuyen la excelente fotografía del operador Robert Surtees y la partitura del prolífico Jerry Goldsmith.

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En este escenario, nos encontramos con dos hermanos gemelos, Niles y Holland, que tras el fallecimiento de su padre, son criados por su abuela Ada (imponente la labor y la presencia de la veterana actriz de origen alemán Uta Hagen), dado que su madre, por algún motivo que inicialmente desconocemos, pero que será clave en la pelicula, vive recluida en su habitación, sin levantarse de una silla y en un estado casi catatónico. Niles, tal vez para evadirse de este ambiente mortecino y depresivo, es un niño imaginativo que pasa mucho tiempo al aire libre. Al parecer, ha heredado algún tipo de poder telequinético de su tutora, lo que ellos llaman "el gran juego", según el cual puede mirar a traves de algunos animales como los pájaros y sentir sus mismas sensaciones en ese momento.

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Pero así como Niles es un niño ejemplar, su hermano (mayor) es la maldad personificada: no gusta de la compañía de su familia, y prefiere refugiarse en un oscuro ático, donde trama "travesuras" contra la voluntad de su hermano, al que domina, y que es quien finalmente recibe las regañinas. Lo que ocurre es que las consecuencias de las acciones de Holland empiezan a exceder de cualquier control y comienzan a derivar en hechos trágicos.
Es entonces cuando su abuela tendrá que empezar a actuar, cuando descubrimos que nada es lo que parecía, que existe un terrible secreto que el espectador no conocía hasta ese momento; y Ada debe mostrar a Niles una verdad que él no ha asumido (¿o se trata de otra cosa?) y que requerirá una decisión drástica, aunque sea demasiado tarde.
Todas estas últimas claves, obviamente, no voy a revelarlas porque desvelaría la trama completa de la película. Aunque algunas cuestiones quedan abiertas al espectador.

Pese a no contener violencia explícita ni excesos sangrientos, pero llena de imágenes inquietantes y perturbadoras, se trata de una joya que causará en cualquier espectador una impresión inolvidable, algo difícil de ver en el cine actual y más en el de terror, y se anticipó, con su estilo propio, a una sucesión de títulos protagonizados por niños malignos que invadirían las pantallas durante los años siguientes.
Añado un extenso trailer en inglés de la película, pese a que cae en el defecto, mas propio de nuestros dias, de contar gran parte de la trama; pero puede ser orientativo para aquellos que no la conozcan.

domingo, 31 de mayo de 2009

MATAR O NO MATAR, HE AHI EL PROBLEMA (1973)

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En primer lugar, no sería justo que me refiriera a esta película de la que hoy voy a hablar sin mencionar otra, El abominable Dr. Phibes, que dirigida dos años antes por Robert Fuest (director a recuperar y al que dedicaré algún espacio un día de estos), tenía muchas similitudes argumentales, coincidiendo también en el protagonismo de Vincent Price, uno de los mejores y más representativos intérpretes del cine de terror.

Matar o no matar... (nada que ver con el título en inglés Theatre of blood, aunque al menos este que le pusieron en España resulta original), producción de terror británica (aunque mas cerca de la comedia negra, diría yo) realizada al margen de las dos grandes compañías inglesas especializadas en ese género por aquel entonces (Hammer y Amicus), no es desde luego, una obra maestra. En todo caso es una película que posee algunas virtudes, minimizadas por el paso del tiempo, por la excesiva similitud con un producto anterior y por la discreta realización de Douglas Hickox, el típico director de productos de encargo, profesional en su cometido pero gris e incapaz de aportar un sello personal, dejándolo todo en una puesta en escena plana.
Pero, pese a ello, posee suficientes elementos para entrar, quizá por los pelos, en eso que podemos denominar película de culto.

Edward Lionheart (Price) es uno de los mas reputados intérpretes de Shakespeare. Cuando la asociación de críticos de teatro le deniega por enésima vez el premio al mejor actor, no puede soportarlo: acaba trastornándose y opta por el suicidio (que no consuma, pero se le da por muerto). Sin embargo, dos años después reaparece en secreto, para vengarse de todo ese grupo de pedantes, asesinándoles disfrazado de diferentes personajes utilizando métodos basados en obras de Shakespeare, mientras recita los textos correspondientes. Para ello contará con la colaboración de su hija, interpretada por Diana Rigg, una de las protagonistas de la mítica y entrañable serie Los Vengadores (muchos de cuyos capítulos dirigió el antes mencionado Robert Fuest) y también chica Bond en 007 Al servicio de su majestad (1967), protagonizada (única vez) por el mediocre George Lazenby como el agente con licencia para matar, aunque estuvo a la altura de otras películas de la saga.
Además de su hija, Lionheart contará con la ayuda de un grupo de siniestros mendigos, que fueron quienes le rescataron de su pretendido suicidio.

Si en el Dr. Phibes, que por cierto tuvo una secuela contemporánea a Matar y no matar..., Price se vengaba de un equipo de médicos que habían provocado la muerte de su mujer tras un accidente inspirándose en las plagas bíblicas, aquí se utilizan los clásicos shakesperianos, y además se consigue el mismo efecto, es decir, que el público simpatice mas con el asesino que con sus víctimas, que resultan en general odiosas y meros vehículos para una serie de acciones que son la verdadera base argumental.

Aparte de lo mencionado anteriormente, se echa de menos un mayor análisis psicológico de los personajes, en especial del de Price y de su hija. Los flash backs resultan algo inoportunos y poco explicativos, así como un final mas propio del cine de acción en el que se cae mas aún en la parodia y en algunos elementos tópicos.
Pero aún así, la curiosidad del argumento, lo impactante de algunos momentos y la presencia, aparte de los mencionados Price y Rigg, de un notable grupo de secundarios británicos de la época (Ian Hendry, Robert Morley, Harry Andrews o Jack Hawkins) siguen convirtiendo Theatre of Blood en una película recomendable y a recuperar.


sábado, 25 de abril de 2009

NAVES MISTERIOSAS (1971)

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Con esta película me ocurre lo mismo que con la hace tiempo comentada Almas de metal, de la que hablé en su momento, o Un mundo de fantasía (Willy Wonka & the Chocolate factory, 1971).
Y es que, cuando era pequeño, eran títulos que se emitían constantemente por televisión (esta de la que hoy hablaré quizá más que ninguna) y ejercían una cierta fascinación sobre mi, aunque tanto Naves misteriosas (absurda traducción del original Silent running: luego se utilizó el mas aproximado Naves silenciosas) como las otras, rara vez las he vuelto a ver proyectadas en la pequeña pantalla, salvo que algún canal temático haya tenido a bien programarla.
Será que las cosas han cambiado para peor y tal vez que entonces, dado el trasfondo de ciencia-ficción ecológica que contiene la peli, éramos mas modernos.

Antes que nada hay que decir que tras Silent running estaba Douglas Trumbull, que hacia aquí su debut en la realización, aunque lo suyo era encargarse de los efectos especiales, mas que ponerse detrás de la cámara: había sido con anterioridad responsable de los F/X de 2001, Una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968), que en su momento fueron muy innovadores e impactantes, y se encargaría posteriormente de la misma función en La amenaza de Andrómeda (Robert Wise, 1971), todo ello sin haber cumplido los 30 años de edad. Después también haría lo propio en Encuentros en la 3ª fase (S. Spielberg, 1977) o Blade Runner (Ridley Scott, 1982) habiendo recibido 5 nominaciones al Oscar y uno honorífico por toda su carrera.
Curiosamente hoy día Trumbull se dedica a montar efectos en parques temáticos.
En todo caso su trayectoria como director es bastante irrelevante con excepción de esta película y en menor medida la curiosa Proyecto Brainstorm (1983) un título de los 80 prácticamente olvidado y que contaba en su reparto con gente como Christopher Walken, Natalie Wood, Cliff Robertson o Louise Fletcher.

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Pero bueno, volviendo a lo que nos ocupa, Silent running dispuso de un presupuesto muy exiguo y eso favoreció que fuera un fracaso en taquilla debido a su poca promoción. En el aspecto argumental, la película transcurre entre tres gigantescas naves-invernadero, que se encuentran en órbita con Saturno, las cuales conservan la vida vegetal que se perdió en la Tierra a causa de una desertización total del planeta, y pensando en una hipotética reforestación del mismo.
El astronauta y botánico Freeman Lowell (interpretado por el actor Bruce Dern, padre de Laura Dern, actriz en numerosas películas, entre ellas Terciopelo azul o Parque Jurásico) es el responsable de una de ellas, la Valley Fogue, junto con dos robots, poseedores de características que en cierto modo les convertirán en antecedentes del futuro R2-D2 de la saga Star Wars.

Pero un día se decide cancelar el proyecto y acabar con los cultivos de las naves. Lowell se enfrenta al resto de la tripulación, que al contrario que él, si quieren acatar las órdenes y acabar con todos los vestigios de vida natural allí presentes. Con la ayuda de los robots, a los que humaniza (este es un dato importante pues plantea elementos similares y a la vez distintos al ordenador HAL 9000 de 2001) poniéndoles nombre (Dewey y Huwey) y convirtiéndolos en sus compañeros de tripulación, reprogramandoles para tareas "agricolas", y huyendo con la nave mas allá de los anillos de Saturno para conservar su tarea ecológica.

La realización de Trumbull de cualquier forma no es muy acertada y evita probablemente que nos encontremos ante un proyecto de mayor magnitud, pese a que se trata de un film a tener en cuenta. Algunos defectos en la puesta en escena son aliviados por el lirismo que aportan las canciones de Joan Baez, por la que no tengo muchas simpatías, pero cuya utilización aquí (si no me equivoco son temas ex profeso para la película) es acertada.



A destacar que entre los guionistas del film estuvieron nombres como Steven Bochco (responsable mucho después de series como Canción triste de Hill Street, La ley de Los Angeles o Murder one) o Michael Cimino (director años mas tarde de películas de fama como la oscarizada El cazador, Manhattan Sur o el megafracaso multimillonario La puerta del cielo, películas por cierto quizá con mas fama que calidad artística).

En definitiva, Naves misteriosas (o silenciosas) es un titulo a recuperar y que indica que ciertas preocupaciones que hoy parecen muy en primera plana vienen de mucho tiempo atrás y ya entonces se podían plasmar en una buena película de ciencia-ficción.