lunes, 28 de julio de 2008

MIS FAVORITAS RECIENTES: DOG SOLDIERS (2002)

Photobucket

Quiero empezar, con esta reseña de Dog Soldiers, otra serie dentro de este Fan-cine Fantaterrorífico que irá destinada a comentar periódicamente alguno de los títulos dentro del género que más me han llamado la atención en época reciente. La verdad es que es como buscar una aguja en un pajar, pues en estos últimos años han brillado por su ausencia la originalidad y la brillantez, y han abundado las secuelas de videojuegos, los vacuos efectos digitales, los psicópatas de turno y los remakes que han manchado el nombre de películas que en su momento marcaron una época.

El hecho de que empiece con esta producción británica, no es por su calidad; evidentemente no es una obra maestra, que es un término casi olvidado para el cine, sino porque su director, Neil Marshall, está ahora de actualidad por el estreno de Doomsday. Para colmo, en este mismo 2008 se avecina una secuela que todo parece indicar irá directa al mercado videográfico en España, aunque debido a su reciente estreno no lo puedo confirmar. Con el tiempo espero dedicar un espacio en Fan-Cine Fantaterrorífico a la actualidad y comentar cuestiones como esta.

Pese a ello, Dog Soldiers resultó una relativa sorpresa en su momento por su frescura y falta de pretensiones, consiguiendo resultados algún punto por encima del cine de terror al uso actualmente. En realidad, se trata de una revisión del tema de los Hombres Lobo, muy lejos evidentemente de En Compañía de Lobos (Neil Jordan,1984), una de mis favoritas sobre el asunto, e incluso de Ginger Snaps (John Fawcett, 2000), que también incluiré aquí y me parece una de las mejores propuestas de los últimos años al respecto; no olvidaré dos clásicos modernos como son Aullidos (Joe Dante, 1981) y Un hombre lobo americano en Londres (John Landis, 1980) que seguramente conforman el póker de la especialidad de las tres últimas decadas.

Photobucket

Siguiendo la pista de La noche de los muertos vivientes (George A. Romero, 1967), o de sus posibles inspiradoras no terrorificas, como Rio Bravo (Howard Hawks, 1959) y con posterioridad, por ejemplo, Asalto a la comisaría del distrito 13 (John Carpenter, 1976), pero en versión licántrópica, en el film de Marshall nos hallamos con un pequeño grupo de soldados ingleses destinados en las Tierras Altas de Escocia.
Una vez allí, descubren que sus antecesores han corrido un destino fatal y el único superviviente de entre ellos les cuenta la amenaza que alberga ese bosque, en forma de un nutrido grupo de hombres lobo autóctonos (posible parábola del arraigado sentimiento nacionalista escocés ante la presencia inglesa).
No tardarán en encontrarse con una representación de tan temibles nativos, lo que les obligará a refugiarse en una recóndita cabaña donde aislados, incomunicados y con escasos medios, no les quedará más remedio que intentar aguantar el asedio hasta la salida del sol.

Lo más destacable, como decia arriba, es la escasa ambición de la pelicula, la ambientación (en realidad se rodó en Luxemburgo), los momentos gore y humorísticos- auto paródicos; también la revelación de un director como Marshall, aunque da la sensación que en la posterior The descent (2005), con puntos en común con Dog Soldiers, no acabó de confirmar las expectativas. Entre lo peor, quizá el argumento, algo previsible en algunos momentos, y demasiado escaso para llenar 105 minutos (alguna laguna guionística también contribuye a ello), los actores, entre los que destaca Kevin McKidd (Lucio Voreno en la serie Roma) no son gran cosa, y, debido a su modestia, los efectos especiales son flojos (los hombres lobo son poco más que una caperuza con la cabeza de este animal puesta encima de un intérprete humano, aunque eso también ahonda en la perspectiva del film planteado como un cuento para adultos).


Pese a todo, Dog Soldiers arroja más luces que sombras, y la recomiendo para los aficionados al género que aún no la conozcan.

1 comentario:

Anónimo dijo...

todos me la pelan