viernes, 31 de octubre de 2008

THE Z FILES: SLASHERS "SUI GENERIS" PARA LA VISPERA DE HALLOWEEN

Antes que nada he de decir que, pese al título, no soy demasiado partidario de que una fiesta tan ajena a la cultura mediterránea como la de Halloween se haya apoderado a lo largo de los últimos años (por cuestiones únicamente mercadotécnicas e intereses comerciales creados) de estas fechas, hasta no hace mucho ajenas a calabazas y disfraces (y conste que uno no es precisamente un defensor de las tradiciones; aunque lo de representar Don Juan Tenorio en los teatros españoles en esta época siempre me llamó la atención). Pero si que aprovecho en cambio para, y siguiendo la pista del maestro John Carpenter (que dejó para la posteridad uno de los primeros y mas famosos slashers muy relacionado con este día), hacer referencia a una serie de películas de muy diverso pelaje (podían haber sido otras, pero me vinieron a la mente estas; otro año haré una nueva selección), caracterizadas por contener a unos psicópatas un tanto peculiares, e ideales para una sesión de cine esta misma noche, y que paso a referir ordenadas cronológicamente.

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Ensayo de un crimen (La vida criminal de Archibaldo de la Cruz) (1955): Tengo cierto cariño por la etapa mexicana de Luis Buñuel, que para mi gusto es la mejor de su filmografía. Esta película funcionó bastante bien, contrariamente a lo que era habitual en otras producciones suyas, y pese a ser considerada por él mismo un entretenimiento, resulta de las mas divertidas e inquietantes que realizó. Basada en una novela de Rodolfo Usigli en la que se introdujeron cambios argumentales, sigue la pista, en tono algo paródico, de algunos films americanos que mezclaban suspense con elementos de psicoanálisis y que habían triunfado en la década anterior, como Luz que agoniza (Gaslight, de George Cukor, 1944) o Recuerda (Spellbound, dirigida por Hitchcock -la evidente relación entre el cine de Buñuel y el del maestro del suspense merecería un análisis- en 1945).

Archibaldo de la Cruz cumple las condiciones de muchos protagonistas del cineasta de Calanda: millonario, maduro y reprimido. Vive solo en una mansión, acompañado únicamente del servicio, y es aficionado a la alfarería. Un día se presenta ante un juez autoinculpándose del asesinato de varias mujeres. Ya cuando era pequeño, su institutriz, tras una discusión con él, murió a causa de una bala perdida cuando sonaba su caja de música. Una vez adulto, encuentra esa caja en una tienda, y al escuchar su melodía, resurgen nuevamente sus instintos criminales. Desea la muerte de varias mujeres, sobre todo si despiertan su deseo o le han engañado (como su propia prometida, mujer a la que admiraba por su pureza, tras descubrir que mantiene una relación a sus espaldas), pero estas víctimas potenciales suelen fallecer poco tiempo después por otros motivos, sin que él pueda intervenir, con lo cual el se siente culpable de esos hechos, por el simple motivo de haberlo pensado.
Como triste curiosidad, destacar que la protagonista femenina, Miroslava Stern, se suicidó al poco de finalizar el rodaje, siendo incinerada; y en una escena, un maniquí hecho a semejanza del personaje que interpreta (Lavinia, una modelo y guía turistica de gringos) es quemado en su horno por Archibaldo, al no poder consumar con ella ni su amor ni sus deseos homicidas. Al final de la historia, el juez, tras escuchar su relato, le dice a Archibaldo que no se preocupe por ello y una vez sale a la calle, tras perdonar la vida a un insecto demostrándose que se ha "redimido", se encuentra con Lavinia y ambos se marchan caminando felizmente, dando una nueva oportunidad a la vida.
Película bastante curiosa y recomendable, cuenta con una buena labor de los protagonistas, comenzando por Ernesto Alonso, que da vida al personaje principal y ya trabajó con Buñuel en Abismos de pasión (1953), su particular versión de Cumbres borrascosas.

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A medianoche me llevaré tu alma/ A meia noite levarei a sua alma (1963):
El director Jose Mojica Marins, no ha sido muy conocido hasta hace poco fuera de Brasil, pero sin embargo en su país es una institución. Os recomiendo dar un repaso a su curiosa biografía. Creador de un personaje, Ze do Caixao (Jose del Ataúd sería la traducción al español y es conocido como Coffin Joe en el mundo anglosajón) que ha dado lugar incluso a cómics o series de TV.
Ze es un enterrador, una especie de encarnación del mal, siempre con su traje negro, capa, chistera y barba, con uñas larguisimas que el propio Mojica Marins se dejó crecer de verdad durante años (se comenta que en una comparecencia publica, un seguidor le arrancó una creyendo que eran postizas), todos le temen y es capaz de las peores crueldades. Esta es su primera comparecencia en la gran pantalla: hay que decir que los presupuestos de sus producciones eran ínfimos y montó su primer estudio nada menos que en un gallinero. Para hacer este film empeñó todas sus propiedades.
Nada más empezar, aparece una hechicera que nos advierte para que no veamos la película y que mejor nos vayamos a casa. Los que decidan verla, se encontrarán con el gore mas delirante, casi pionero, pues se trata de una producción de 1963, donde tantas dosis de sangre y vísceras aún no eran habituales. La excusa argumental (Ze do Caixao busca una mujer para perpetúar su maldad con un descendiente, ya que su esposa es estéril) no es demasiado relevante, como en ninguna de sus creaciones.
Mojica Marins continuó con su alter ego en Esta noche poseeré tu cadáver (1967) o Delirios de un anormal (1970), que hace honor a su título.

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El asesino del taladro/ Driller Killer (1979): Abel Ferrara, director algo sobrevalorado, es otro realizador de la escuela neoyorquina que podría ser una version degradada de Martin Scorsese. En realidad, las temáticas de sus primeras películas no difieren mucho, con la diferencia que en Driller Killer se opta por una estética feísta y desagradable que trata de impactar al espectador menos avezado (con exceso de violencia y efectismo) y que será una constante en su carrera (que incluye una versión de La invasión de los ladrones de cuerpos) a veces más lúcida, pero ahora en decadencia. Aquí, además, Ferrara asume el papel de actor protagonista, aunque con el seudónimo de Jimmy Laine.
Ferrara/Laine incorpora a un pintor que tiene problemas para acabar un cuadro que espera sea su obra maestra (tal vez un reflejo del propio autor), debido a múltiples problemas: sus compañeras de piso no pagan su parte, tiene de vecinos a una banda de punk que no paran de armar ruido y bronca (hay que tener en cuenta que es la epoca del apogeo de este sonido en N.Y., del club CBGB, de The Ramones, Blondie, Talking Heads, Television... la ciudad debía ser un hervidero de nuevos sonidos y grupos en aquel momento), y demás perturbaciones varias.
Un día, en un programa tipo Teletienda, observa el anuncio de un taladrador y piensa que puede ser una solución a su falta de inspiración. Asi que comenzará una especie de limpieza de la ciudad, de los que él considera responsables, un poco al estilo de Travis Bickle, el personaje de Robert De Niro en Taxi Driver (1976), pero con tonos mas gore y sucios, si bien se plantea muchas veces como algo que puede estar en la mente del protagonista. A mi juicio, resulta pretenciosa y discutible, y ha tenido un remake en 2008 que no conozco.

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Burning moon (1992): Si han llegado hasta aquí y aún quieren mas, cerraremos con algo de Olaf Ittenbach, uno de los mas célebres practicantes de ese subgénero llamado gore alemán, y que tuvo escasos momentos de mucho éxito, fundamentalmente, si la incluimos ahí, la saga Nekromantik, de Jorg Buttgereit.
Ittenbach, que empezó con 20 años a hacer el gamberro con Blackpast (1989), de producción casi casera, y que perpetró con posterioridad cosas como Premutos (Premutos, der gefallene Engel, 1997), realizó entre ambas esta, su segunda pelicula y quizá su obra más conocida.
En ella, un joven heroinómano que se queda una noche al cuidado de su hermana pequeña, decide contarle dos enternecedoras historias:
En la primera, una chica descubre que su novio es un psicótico cuando le invita a casa y se carga a su familia.
La segunda narra la historia de un sacerdote fanático que secuestra y sacrifica jóvenes, para supuestamente, salvar almas.
Si han visto alguna de las películas de Ittenbach, ya saben lo que les espera en cuanto a excesos fundamentalmente hemoglobínicos.


Feliz noche.

1 comentario:

Zer dijo...

Me encanta tu blog. le he estado echando un ojo y me parece cojonudo. Lo he incluído entre mis enlaces de mi blog:

http://capricornio-uno.blogspot.com/

Ah, y el de música, me gusta porque son grupos de los 80 que incluso tengo algunos en vinilo, madness, dexys, cars, joy division, adam and the ants... Cuando crezca será un señor blog. Enhorabuena!!!