lunes, 22 de septiembre de 2008
EL VOLAR ES PARA LOS PAJAROS (1970)
Robert Altman (1925-2006) es uno de los directores mas personales del cine estadounidense de los ultimos cuarenta años, y más si tenemos en cuenta que se trata de un realizador que nunca ha trabajado al margen de la industria. Pese a ello, ha dotado de un sello personal a todas sus películas, muchas veces caracterizadas por tener una composición coral, con múltiples personajes que interactúan a la vez, y además, moviéndose en géneros cinematográficos muy variados.
Brewster McCloud (título original de El volar es para los pájaros, que hace referencia al nombre del protagonista), es un curioso experimento que llegó tras el gran éxito de su anterior trabajo, M.A.S.H. (1970), y que provocó que fuera incomprendida por muchos, pero es una de mis favoritas de este realizador, y puedo decir que soy de los que valora mucho su trayectoria.
En el fondo, es una fábula sobre el deseo de libertad y de ser diferente. Pero la forma de presentarlo, si ya de por si es atractiva en Altman, resulta aquí fascinante, con la introducción de varios elementos del cine de género, y múltiples situaciones que remiten al fantástico, a las películas de psycho-killers (con la consiguiente investigación policial) o al cómic, tamizado con el habitual humor negro del director.
Brewster McCloud es un joven que vive en una especie de búnker bajo el Astrodome de Houston. Su idea es ser capaz de volar por si mismo, y para ello está enfrascado en la construcción de unas alas artificiales, las cuales, tras muchos estudios, deben permitirle conseguir su objetivo.
Paralelamente a esto, se están produciendo una serie de muertes en las cuales, junto a los cadáveres, aparecen excrementos de pájaro. Todas las victimas están vinculadas de algún modo con Brewster, lo que le convierte en el principal sospechoso.
Al mismo tiempo, aparecen varias mujeres en torno a su vida. Una de ellas es una misteriosa chica llamada Louise, que le asesora y anima en su labor. En una escena del film en que vemos su espalda desnuda, observamos dos cicatrices en el lugar donde debían haber estado las alas, con lo que se nos viene a decir que en realidad es algo así como una mujer pájaro o un ángel caído (por cierto, si se me permite el spoiler, ella es finalmente la autora de los crímenes). Y, por otro lado, una joven guía del edificio, Suzanne, la cual le hace dudar de seguir adelante con su idealista objetivo.
Mientras, un detective, interpretado por el actor Michael Murphy, llega desde San Francisco para hacerse cargo del esclarecimiento de los asesinatos. Este personaje es una parodia del que hace Steve McQueen en la entonces reciente Bullitt (1968), y de hecho se incluye una persecución automovilística similar a las de dicho film.
Junto a actores algo más consolidados como Sally Kellermann (Louise), Margaret Hamilton (que fue la bruja mala de El mago de Oz), el mencionado Michael Murphy o un irreconocible Stacy Keach, quiero destacar a varios jóvenes del reparto.
Sobre todo, a la aquí encantadora y jovencisima Shelley Duvall (como Suzanne), que debutó en el cine con este papel, y que en los años sucesivos volvería a repetir en varias películas de Altman. Bud Cort es el protagonista, y aunque tendría un papel destacado en la inmediatamente posterior Harold & Maude (1971), pasó al olvido con celeridad. Y por último, a Jennifer Salt, a la que veríamos poco después en otra película de culto del género, como Hermanas (Brian de Palma, 1972), y que hoy en día se dedica a escribir guiones para series como Nip/Tuck.
Finalizo con un par de curiosidades que contiene la película.
En primer lugar, el film es introducido por una especie de profesor de ornitología, interpretado por el actor René Auberjonois (de hecho, sus primeras palabras sustituyen al rugido del león de la Metro), que imparte una clase o conferencia sobre pajaros, continuando con ello entre escena y escena, mientras se transforma progresivamente en ave.
Y por otro lado, me gusta mucho la originalidad del final, en el cual (y pido disculpas por este otro spoiler), junto al cadáver de Brewster McCloud, que yace en el suelo tras haber fracasado en su intento de huir volando de la policia, desfilan los actores disfrazados como componentes de un circo, mientras son presentados uno a uno por sus nombres reales.
Aquí está el trailer y alguna escena suelta que incluye el mencionado final. Esta inclasificable rareza resulta muy difícil de hallar en DVD, al menos en España.
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2 comentarios:
Muy interesante pelicula has rescatado, habrá que buscarla. De lo poco que he visto de Robert Altman mi favorita es su versión de "Un largo adios" con Elliot Gould. Tengo pendiente y me interesa "The player". Bueno, agrego esta pelicula que comentas. Muy buen post. Saludos.
La verdad es que Altman normalmente no decepciona, incluso en productos de encargo como hizo principalmente al final de su carrera. Y sus escasas incursiones en el cine de género son acertadas. Las dos películas que mencionas son dos de las muchas buenas que ha hecho, aunque en "El largo adios" me falla un poco Elliot Gould como Philip Marlowe. Un saludo.
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