domingo, 1 de junio de 2008

THE Z FILES: RETORNO DESDE LA 5ª DIMENSION (1978)

Photobucket

Para variar un poco, y evitar posibles acusaciones de cargar excesivamente las tintas en esta sección The Z Files contra determinado cine fantaterrorifico español e italiano, hoy voy a introducir un título de la poderosa industria norteamericana.

El caso es que no se puede hablar de una serie Z propiamente dicha, sino más bien de una serie B, eso sí, mala.

Malísima, en realidad, diría yo, no sé si de lo peor que comentaré por estas páginas, porque eso es difícil de discernir, pero, ¡en fin!, The Manitou (título original, los distribuidores otra vez haciendo de las suyas, aunque esta vez por lo menos le pusieron imaginación en la traducción) cumple el objetivo de ser lo suficientemente deleznable y de poder echarnos unas risas durante su visión.

Fue la última película del director William Girdler, fallecido prematuramente en 1978 en un accidente de helicóptero, y que ya contaba con gloriosos precedentes como Abby (secuela blaxplotation de El exorcista que incluso fue acusada de plagio por su similitud con la peli de Friedkin), Asylum of Satan o Grizzly (una más con animal o bicho asesino, en este caso un gran oso, y que fue su mayor éxito comercial).

Basada en un best-seller (hay que ver lo que lee la gente, en vez de dedicar su tiempo a Dostoievski o Flaubert) de la época, obra de Graham Masterton y protagonizada por un Tony Curtis al que los mejores momentos de su carrera le quedaban ya muy lejos, y que pone cara de ¿yo que hago aquí? durante todo el metraje.
En la peli que hoy nos ocupa, interpreta a una especie de vidente que se dedica a engañar ancianitas, y que se encuentra con que a una amiga (no me pregunten por la clase de relación que mantienen, no sé si se explica en algún momento) le han detectado una especie de tumor en la columna vertebral, más o menos debajo de la nuca. Por cierto, la amiga es Susan Strasberg, la hija del fundador del Actor's Studio, que intenta demostrar ser una supuesta gran actriz todo momento, pese al bodrio en que se encuentra metida.

Bueno, hasta aquí todo más o menos normal. Pero el caso es que el tumor resulta ser una especie de feto y no sólo no responde a los tratamientos sino que, simultaneamente, las máquinas del hospital se estropean y demás anomalías. A todo esto, una de las clientas de Tony Curtis se pone a bailar la danza de la lluvia ante sus ojos y a levitar, y se cae (o se tira) por las escaleras.

No se porqué, nuestro protagonista relaciona esto con lo del tumor o feto, y empieza a investigar por su cuenta. En una especie de sesión de espiritismo en casa de una poco creíble gitana, además casada con un escocés (?), e interpretada por la actriz Stella Stevens, emerge una cabeza de la mesa, y en otra consulta con un experto, se le recomienda que hable con un hechicero indio (tal vez el mismo que hace ese papel en todas las pelis).

Bueno, pues resulta que el feto, que además crece muy deprisa, es la reencarnación de un manitou bastante malvado por lo visto, cuya llegada supone más o menos el fin del mundo, y tendrán que enfrentarse a él (por supuesto, este piel roja malo acaba renaciendo, y por cierto, no sé si por los tratamientos a los que es sometida su portadora o porque era así en origen, sale muy bajito, feo y cabezón).

No voy a contar más, pero decir que el final supera ampliamente todo esto. Como apunte, la música corresponde al argentino Lalo Schiffrin, ex músico de jazz y autor de muchos scores en la época, también para TV, realizando aquí uno de sus trabajos más anodinos.

Os dejo con el trailer, que si he podido encontrar, para que os hagáis una idea.

No hay comentarios: